DULIMA: La esencia del Tolima. Apuesta al sector agroindustrial en Colombia.

¿Quién no ha querido integrar en su vida la pasión por lo que hace y su interés más ambicioso?

Este es el caso de DULIMA, un emprendimiento que integró el Diseño Industrial con el amor hacia la agroindustria.

Puede resultar escueto el hecho de resumir la construcción de una organización en apenas una simple suma de partes. Por ello es emocionante para nosotros desmenuzar todo el proceso de desarrollo, y de paso con un poco de suerte, contagiarlo(a) de esta historia apasionante llamada “DULIMA: La esencia del Tolima”.

En Colombia, no es ajeno tener un familiar o un cercano que tenga alguna actividad agropecuaria. Cuestión que es de orgullo, pero también de mucha incertidumbre dada la fluctuante economía del sector. Pues bien, este proyecto no sería la excepción. En los terrenos del Tolima, región ubicada al suroccidente de Colombia, la familia de la diseñadora Angie Vargas, cabeza de este proyecto, cuenta con un cultivo de limón Tahití. Aunque este tiene efectivas prácticas agropecuarias, no se veía respaldadas con el precio a la hora de comercializar la cosecha. He ahí donde la chispa se iba accionando, y bajo una pregunta la idea tomó rumbo: ¿Cómo podría el diseño industrial aumentar la rentabilidad de un cultivo agrícola de pequeños productores?

Ajustándose a las metodologías del diseño de producto, adquiridos en la Universidad Nacional de Colombia, la joven emprendedora orientó sus esfuerzos hacia la resolución de dicha pregunta. Desde el diseño, un producto no puede ser visto como un mero cúmulo formal destinado a un uso y que responda a un listado de requerimientos funcionales. El secreto está en que el producto, tangible o no, pueda llevar un mensaje y recree todo una serie de emociones al encuentro con este. Es aquí donde parte esta historia:

“Al Noroccidente de Colombia yace entre las tibias planicies, un gran volcán adormecido por la densa capa de nieve. Emerge no sólo el nevado del Tolima, sino la madre de los primeros caminantes de la zona: la cacica Dulima. Liderazgo y fuerza representó aquella guerrera pijao, constituída como mártir. Es allí de donde surge la marca DULIMA, un ideal de disciplina y apuesta hacia el futuro. Expuesto en su logo, se pretende enaltecer la diversidad de la zona, mediante la silueta de un cítrico, fusionado con la fuerza de trabajo de sus habitantes -representado con el arco y flecha de la líder cacica-”.

El el concepto creado, el paso a seguir era consolidar el enfoque sostenible de la marca. Existe no sólo un compromiso económico y de enaltecer la productividad de una región, sino de disminuir el impaco en el medio ambiente y generar innovación al proceso. Para tal fin se aplica los conceptos de la economía circular y la agroecología, orientando cada aspecto productivo de la marca. Además que constituyen un agente de valor que busca ser transmitida desde el productor hasta el cliente final. No resulta fácil el visualizar, idear y estructurar un sistema que impacte positivamente y por igual los tres factores de la sostenibilidad: social , ambiental y económico. Pero nadie dijo que era imposible.

Meses de ideación, investigación y desarrollo, el sistema pasó de un esbozo en el papel, a prototipos de productos y equipos, con el cual el equipo emprendedor observa los primeros frutos. Aunque resulta ser una etapa muy temprana para cantar victoria, si se alza la voz de alegría al ver la potencia que tiene la materialización de una idea.

No resulta un trabajo agobiador este proceso mencionado, sino un desafío cada vez más exigente dispuesto a afrontarse con ímpetu y compromiso. El equipo de emprendedores, sabe de antemano que el agro colombiano requiere urgentemente una intervención responsable de las mentes jóvenes, preparadas y soñadoras, para construir país. ¡Y aquí estamos!.